17 mayo 2006
Ahí estás tuuu, uuuuuu.
Luego a zambullirse bajo el agua, saltar las olas mensajeras de ultramar que llegan a la playa rompiendo espumosas, y, de repente, el silencio. Silencio absoluto precedido de una explosión de sensaciones al sumergirte en el Azul. Escuchas el silencio. Silencio tranquilo. Silencio pausado. El tiempo se detiene. Escuchas tu interior, tu coco, tu cerebro. Escuchas la nada, el cero, el principio. Y después, ah, el Sol. El estruendo, la vida, el mundo vuelve a latir al sacar tu cabeza a la superficie.
5 comentarios:
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ah! bendita tierra y todos los que son y la sienten suya!
aqui estoy yo, delante de un ordenador, pensando en la madrugada que me he pegao, que tengo que coger el coche, mirando con odio el mensaje de error que me escupe un informe urgente....voy a ver que nos cuenta che.
gracias, por un momento he estado ahí! aunque durante los 350 días que no estoy siguo estando ahí.
¿que tiene almeria? ¿que tiene para que una vez que la conoces no te vayas nunca por muy lejos que estes?
la respuesta la has dado tu, sergio, la mar, el sol, su silencio y sus sonidos, su luz (a mí me tiene enganchada) y sobre todo su gente, que la hacen tan tan y tan especial.
Un besico a TODOS, me permito la licencia de consideraros mios. -
Uy la lagrimilla...
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Jo Che, me has tocado la fibra, pero no puedo......... esto no es un gabinete de psicología. Buuuaaaaaaaaah.
P.D. Pero este veranito, otra vez solecito, moraguilla ......... -
Que bonito era San José, cuando no había carreteras que llevaran miles de coches allí cada verano, cuando no había agua dulce que nos quitara la sal pegada de todo el día, cuando no había teléfono ni teléfonos móviles, cuando ibas a Monsul y Genoveses y estabas solo, cuando los padres cazaban pulpos y nosotros los exhibiamos como trofeos, cuando era fácil pisar un erizo o una araña en la playa y luego nos echaban mercromina en las heridas, cuando encontrábamos escorpiones y sabíamos que hacer con ellos, cuando cogíamos peces, lapas y cangrejos en las rocas, cuando hacíamos concurso de castillos de arena, cuando veíamos a los pescadores llegar con la barca a la orilla, cuando los padres hacían ponches en la calle y no teníamos hora de acostarnos, cuando venía “el lecherooooooo”, cuando jugábamos en el portal hasta el anochecer, cuando nos invitaban a una tapa de jibia o fritadilla en la viuda, cuando jugábamos a las palas sin cansarnos, cuando hacíamos vacaciones santillana cada mañana, cuando nos obligaban a echar la siesta para luego ver verano azul, cuando hacíamos moragas o nos comiamos una paella en La Isleta, cuando Paco el del kiosco era hippie, …., que bonito era San José
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Ya has tardao Mer. Sí q era bonito, sí. Pero aún lo es, por lo menos me lo parece, quizás ha perdido parte d su encanto pero eso q dices nunca nadie t lo podrá quitar. Tú si has conocido aquello como nadie, hemos sido unos pivilegiados. Ahora ya lo ha descubierto mucha gente pero nadie lo conocerá como lo conocimos nosotros. Siempre nos quedará nuestra retina, ¿no?.
A ver si no se cargan el Parque.
Besitos.
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