José Tomás ya tiene el alta médica y ha salido del hospital mejicano en el que se encontraba tras su gravísima cogida en Aguascalientes. José Tomás, el torero con más sangre fría del actual cartel, fue cogido en la Monumental de Aguascalientes, México, por un toraco llamado Navegante. Sangre fría en Aguascalientes.
No sé si José Tomás es el mejor torero de la historia, o siquiera del momento, pero lo que sí le reconozco al diestro de Galapagar es que, seguro, es el más valiente de los matadores de hoy en día. A mí no es el que más me gusta, porque el más grande es Don Julián López "El Juli", pero es verdad que pagaría gustoso por ver al ahora herido en América en una corrida en vivo. La cuestión es por cuánto, no pagaría las barbaridades que se pagan en ningún caso.
Estas líneas abrirían el debate de si su técnica es la adecuada, ya que sufre un gran número de cogidas o si, por el contrario, las sufre por su irracional valor, colocándose en terrenos de propiedad animal. Pero no es ése el debate que me interesa hoy. No. Lo que quiero plasmar es la circunstancia, para mí paradójica, de la cogida.
Resulta que José Tomás, el torero que sobresalta a los espectadores con sus estatuarios; que pone plazas en pie gracias a sus gaoneras; que enerva espinas dorsales con sus manoletinas o que enaltece al público por chicuelinas, pues resulta, digo, que ha sido prendido por Navegante en un pase sencillo, tranquilo y sin complejidad. Tras un derechazo el maestro cambió el toro hacia la suerte natural y, cuando en otras ocasiones finaliza con un trincherazo -uno de mis pases preferidos-, esta vez se cambió la muleta a la mano izquierda para finalizar el pase y cuando lo terminaba, justo acabando, el toro le recortó, colándosele por dentro y soltándole un derrote seco y profundo, que prendió el muslo del torero de forma gravísima.
La cogida es similar a la del siempre en boca Paquirri. Tampoco entraré en polémicas sobre si uno u otro se hubieran salvado en uno u otro tiempo o continente. Me parece polemizar por polemizar. Lo que está clarísimo es que la cornada era una herida mortal si no se atendía médicamente de forma inmediata. El gráfico del ABC lo dice todo.
No sé si José Tomás es el mejor torero de la historia, o siquiera del momento, pero lo que sí le reconozco al diestro de Galapagar es que, seguro, es el más valiente de los matadores de hoy en día. A mí no es el que más me gusta, porque el más grande es Don Julián López "El Juli", pero es verdad que pagaría gustoso por ver al ahora herido en América en una corrida en vivo. La cuestión es por cuánto, no pagaría las barbaridades que se pagan en ningún caso.
Estas líneas abrirían el debate de si su técnica es la adecuada, ya que sufre un gran número de cogidas o si, por el contrario, las sufre por su irracional valor, colocándose en terrenos de propiedad animal. Pero no es ése el debate que me interesa hoy. No. Lo que quiero plasmar es la circunstancia, para mí paradójica, de la cogida.
Resulta que José Tomás, el torero que sobresalta a los espectadores con sus estatuarios; que pone plazas en pie gracias a sus gaoneras; que enerva espinas dorsales con sus manoletinas o que enaltece al público por chicuelinas, pues resulta, digo, que ha sido prendido por Navegante en un pase sencillo, tranquilo y sin complejidad. Tras un derechazo el maestro cambió el toro hacia la suerte natural y, cuando en otras ocasiones finaliza con un trincherazo -uno de mis pases preferidos-, esta vez se cambió la muleta a la mano izquierda para finalizar el pase y cuando lo terminaba, justo acabando, el toro le recortó, colándosele por dentro y soltándole un derrote seco y profundo, que prendió el muslo del torero de forma gravísima.
La cogida es similar a la del siempre en boca Paquirri. Tampoco entraré en polémicas sobre si uno u otro se hubieran salvado en uno u otro tiempo o continente. Me parece polemizar por polemizar. Lo que está clarísimo es que la cornada era una herida mortal si no se atendía médicamente de forma inmediata. El gráfico del ABC lo dice todo.
Dicen los entendidos que si Alejandro Prado, su banderillero, no mete su puño en la herida, José Tomás se desangra mortalmente de camino a la enfermería. Han sido necesarios 8 litros de sangre mejicana para salvar al torero español, incluso llegó a pedirse por la megafonía de la plaza. Cómo lo cuenta el banderillero pone los pelos de punta "La sangre no paraba de fluir, me encogía el corazón ver la escena. Puse la mano sobre la herida y presioné para tratar de que dejara de sangrar. Pero seguía saliendo de la herida, aunque con menos fuerza. Entonces metí el puño dentro, intenté hacer presión para parar la hemorragia en lo que pudiera. Lo único que quería era llevar rápido al torero a la enfermería, pero el camino se hacía interminable. Cuando lo dejamos en manos de los médicos yo estaba bloqueado, sin asumir lo que había pasado".
Desde aquí espero la pronta recuperación del maestro aunque más bien debería decir la tardía recuperación, porque una herida semejante debe de llevar una larga curación, aún más cuando el herido debe encontrarse en perfecta forma física para enfrentarse a un toro. Pero sabemos todos que los toreros son de otra pasta, eso se dice, pero es que José Tomás es de una pasta todavía más especial. Así que quién sabe cuándo volveremos a verlo en los ruedos, seguro que antes de lo que esperamos o debiera ser. Mientras tanto, ánimo maestro...
Desde aquí espero la pronta recuperación del maestro aunque más bien debería decir la tardía recuperación, porque una herida semejante debe de llevar una larga curación, aún más cuando el herido debe encontrarse en perfecta forma física para enfrentarse a un toro. Pero sabemos todos que los toreros son de otra pasta, eso se dice, pero es que José Tomás es de una pasta todavía más especial. Así que quién sabe cuándo volveremos a verlo en los ruedos, seguro que antes de lo que esperamos o debiera ser. Mientras tanto, ánimo maestro...